jueves, 2 de enero de 2014

Todo en Exceso es Malo -1985- (Octavio Rojas)


Sobre el lomo de un perro callejero que pasaba el invierno echado junto al anafre de doña Lola, la de los tamales, estaba una colonia de pulgas que se resguardaban del frío y del hambre a costillas del pobre animal. De entre todas se encontraba una muy friolenta que buscaba un lugar caliente desesperada. En su búsqueda fue a dar a la ingle del perro. Inmediatamente, al sentir la picazón, se levantó y se mordió en defensa de su flaco cuerpo y se ensalivó. La pequeña pulga, para ponerse a salvo, corrió por la panza del can y llegó hasta el pescuezo aferrándose con sus patas para no caerse. El perro, inútilmente, trató de quitarse a la pulga con su pata trasera rascándose con mucha fuerza.   
--¿Qué te pasa, Canelo?, ¿Te pican las pulgas? --Le preguntó la anciana que vendía los tamales.
 El animalito miró atento a la señora al escuchar su nombre, y se puso aún más cuando la mujer aquella le obsequió un tamal. Al tomarlo con el hocico se acercó al anafre y el fuego calentó su piel. La pulga friolenta, que estaba sujeta al pescuezo de Canelo, sintió el calor y fue en busca del lugar de donde provenía. Subió a la oreja izquierda y saltó, ni tarda ni perezosa, a la hoguerita del brasero.

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